El programa nacional de Gestión de Residuos Radiactivos (creado por la Ley Nacional Nº 25.018) es responsable del diseño y la implementación de las estrategias de gestión de los residuos radiactivos y los combustibles generados por las actividades nucleares en la República Argentina.

Todas las actividades humanas producen algún impacto en el entorno. Entre esos impactos está la generación de residuos. Un residuo es cualquier material que queda como inservibles luego de un trabajo o acción. Por lo tanto, cotidianamente generamos residuos de distintas clases: domiciliarios, cloacales, industriales, peligrosos, patogénicos, etc. Todos esos residuos deben, de un modo u otro, volver al ambiente. Por eso, el principal desafío es gestionarlos del modo más adecuado para reducir su volumen y disminuir su potencial efecto contaminante.

¿Qué son los residuos radiactivos? Son aquellos materiales que no son reutilizados ni reciclables y que por su nivel de actividad no pueden ser descargados al ambiente.

Entre las actividades que generan residuos radiactivos se encuentran las vinculadas a la producción de energía eléctrica (el proceso de refinación y conversión del uranio, la fabricación de los combustibles, la operación de las centrales nucleares y el desmantelamiento de esas mismas centrales) También generan residuos de este tipo algunas tareas de investigación y desarrollo, y las aplicaciones nucleares en la medicina y en la industria.

¿Todos los residuos radiactivos son iguales?

Los residuos radiactivos pueden contener distintos elementos inestables. La natural tendencia a la estabilidad provoca la emisión de energía, en forma de partículas (como las alfa o las beta) o de radiaciones electromagnéticas (gamma, equis). A medida que estos elementos liberan energía, disminuyen su radiactividad. Es decir que se vuelven menos. Algunos dejan de ser radiactivos en minutos u horas, pero en otros casos esos períodos pueden prolongarse por muchos años.

La caracterización de estos residuos resulta fundamental para definir que elementos contienen, que tipo de radiación emiten, y cuánto tiempo de aislamiento es ncesario para que ya no constituyan un riesgo para las personas ni para el ambiente. Una vez determinadas sus características, es posible establecer el proceso de gestión y el sistema de disposición adecuado.

En nuestro país se ha optado por un criterio de clasificación de los residuos radiactivos por niveles (bajo, medio, alto) de acuerdo con el topo de radiación y decaimiento de los elementos que contienen.

Los residuos de nivel bajo y medio se producen en la operación y manteniemiento de los reactores y de otras instalaciones nucleares; y también, aunque en menor medida, a partir de las aplicaciones de radioisótopos en medicina, industria e investigación. Casi todos los residuos de nivel alto son generados en los reactores nucleares.

Para cada clase de residuos se prevén distintos sistemas de confinamiento y disposición final:

 

¿Que hacemos con estos residuos?

En Argentina la gesticón de los residuos radiactivos está a cargo de la Comisión Nacional de Energía Atómica desde el inicio de sus actividades, en 1950. El programa Nacional de Gestión de Residuos Radiactivos es responsable de la gestión segura de los residuos radiactivos y los combustibles gastados provenientes de las actividades nucleares, en cualquiera de sus aplicaciones, tanto en el ámbito público como en el privado. El objetivo primordial es el cuidado de las personas y del ambiente, pensando en el presente y también en las generaciones futuras.

En el Centro Atómico Ezeiza, el Programa Nacional de Residuos Radiactivos cuenta con un predio de 8 hectáreas destinado al tratamiento, acondicionamiento y almacenamiento interino de los residuos producidos por los pequeños generadores; y al almacenamiento de las fuentes medicinales e industriales en desuso.

Los residuos y los combustibles gastados de los reactores de potencia permanecen en las centrales nucleares que los generan, almacenados en forma segura en instalaciones ubicadas en los predios de Atucha y Embalse.

Para el tratamiento de los residuos radiactivos rigen las mismas pautas que para los residuos de cualquier otra clase: se los caracteriza, clasifica y segrega; se reduce su volumen; se reutiliza y recicla todo lo que se puede.
Además, durante todo el proceso se aplican los principios de protección radiológica, para minimizar la exposición a las radiaciones en cada una de las prácticas.

La estrategia de gestión implica decidir, en los próximos años, el emplazamiento de los futuros sistemas de disposición final de los residuos radiactivos. En función de las necesidades energéticas y del desarrollo de la actividad nuclear, el país también debe establecer si se procesarán los combustibles gastados para aprovechar el potencial energético que todavía tienen, o si se va a disponer en forma directa en un repositorio geológico profundo.